Autor: Héctor Mora Nawrath, Director del Doctorado en Antropología, Universidad Católica de Temuco
Publicado: 19 de septiembre de 2025
Introducción
Desde fines de los años 80, Chile ha experimentado una expansión importante de su sistema universitario, con más universidades, carreras y matrículas que permitieron el acceso a sectores históricamente excluidos. Sin embargo, este aparente avance hacia una mayor equidad revela serios desafíos: muchos profesionales egresan en áreas donde el mercado laboral no logra absorberlos adecuadamente.
El desajuste oferta‐demanda
Entre 2020 y 2024, 114.351 profesionales de ciencias sociales se titularon en Chile; un promedio de casi 23 mil nuevos egresados por año. El Mostrador
En antropología, por ejemplo, se pasó de 5 programas en los años 90 a 13, con un total de 2.755 titulados entre 1996 y 2022 — cifras que superan a países con poblaciones mucho mayores. El Mostrador
Consecuencias: precarización, brechas e ilusiones académicas
Gran parte de quienes se forman en ciencias sociales terminan en trabajos informales, bajo contratos a honorarios y con falta de seguridad social. El Mostrador
Existe una brecha de género relevante: aunque alrededor del 60% de los egresados en ciencias sociales son mujeres, suelen ganar en promedio un 12% menos que los hombres, y esa diferencia tiende a aumentar en los rangos más altos. El Mostrador
Muchas carreras mantienen un modelo formativo centrado en la academia (docencia, investigación), aunque sólo un pequeño porcentaje accede efectivamente a esos ámbitos. El Mostrador
Qué hacer: roles y responsabilidades
El autor propone varias líneas de acción:
Regulación estatal: imponer criterios de pertinencia y regular los cupos de ingreso para evitar desbalances entre oferta educativa y necesidades reales del mercado laboral. El Mostrador
Fortalecimiento gremial: colegios profesionales y asociaciones deberían tener mayor capacidad de incidencia, defender a quienes ejercen en condiciones precarias y hacer visible el aporte de las ciencias sociales en ámbitos públicos. El Mostrador
Ética en la educación: las instituciones tienen la responsabilidad de informar claramente sobre las posibilidades reales de inserción laboral, para que los estudiantes tomen decisiones con conocimiento de causa. El Mostrador
Conclusión
La sobreoferta de profesionales en ciencias sociales en Chile no es solo una cuestión cuantitativa, sino que tiene implicaciones profundas:
genera expectativas frustradas entre los estudiantes,
promueve condiciones laborales precarias,
y pone en riesgo la legitimidad de estas disciplinas como herramientas útiles para comprender y transformar la realidad.
El desafío es construir un sistema educativo que no solo permita el acceso, sino que también garantice una salida digna, con reconocimiento económico, social y laboral.